Por Sergio Roses La Nacion.com
En el largo plazo las empresas se transforman para mejorar sus capacidades competitivas frente a cambios estructurales en los mercados, dando lugar a iniciativas diversas de reingeniería de procesos, reestructuraciones, cambio cultural, entre otras.
En general, el objetivo es adaptarse a cambios en el mercado a través de una nueva forma de hacer negocios.
Y es precisamente en este tipo de procesos marcados por la incertidumbre cuando el área de Recursos Humanos se vuelve un activo crítico para comprender, contener, dar perspectiva y generar sentido e inspiración en las personas que integran una organización.
A mediano plazo, los ciclos de expansión y contracción, y la propia evolución de la empresa como organización plantean también el desafío de adaptarse a nuevas realidades que afectan su capacidad de sobrevivir y prosperar en el mercado.
Muchos de estos cambios se dan frente a escenarios de mayor o menor incertidumbre, pero en general existe una visión de los líderes acerca de la naturaleza y sentido de los mismos.
A corto plazo, sin embargo, suelen ocurrir escenarios de alta incertidumbre cuando, por ejemplo, se producen modificaciones en variables en rangos o formas que no estaban previstas en el plan del año. Aquí podemos incluir desde una volatilidad exacerbada en un precio de un insumo o producto, o una disparada inusual en la cotización del dólar.
En suma, tanto los cambios estructurales en los mercados, los vaivenes propios de los ciclos de negocio, la etapa madurativa de la empresa como la incertidumbre de corto plazo, principalmente, hacen que las empresas deban procesar los escenarios de negocio y liderar las transiciones con sus empleados.
Ocurre que los contextos externos suelen impactar en la vida interior de las organizaciones. En rigor, no pasó inadvertido en el mundo de las empresas la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) que releva el Ministerio de Trabajo entre 3000 compañías privadas. Según ese informe, un 8,3% de las empresas tiene expectativas de aumentar la dotación, mientras que el 4,9% prevé disminuirla en el próximo trimestre. Esto arroja una expectativa neta de generación de empleo del 3,4%, variable similar a la registrada entre marzo y mayo de 2016. La percepción, de todos modos, que se hace de estos escenarios en el interior de las organizaciones suele ser de cierta inquietud e inestabilidad.
En estos contextos, cobra fundamental importancia la gestión del cambio con todos los miembros de la empresa. En algunos casos, puede no ser necesaria ninguna medida concreta ("wait and see"); en otros serán necesarias medidas con distinto grado de profundidad. Pero en todos los casos, es fundamental la comunicación que transmita que existe un equipo en condiciones de "pilotear" la tormenta. Esto requiere el desarrollo de una visión compartida en los líderes, y su transmisión a través de una comunicación clara y frecuente a todos los niveles de la organización.
Al final del día, navegar en aguas turbulentas no sólo requiere de buenos pilotos sino también de navegantes informados y comprometidos en el rol que desempeñan.
Presidente de la Agencia de Desarrollo de Campana y profesor titular de la carrera de Recursos Humanos de la Universidad del Salvador
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