A excepción de Argentina y Brasil, tres naciones fortalecen su crecimiento. La falta de trabajo en Bolivia es el motivo que expulsa a ciudadanos. Expertos economistas advierten que se hace poco para crear empleos.
“Quiero volver a mi tierra. Extraño la comida, a la familia, a los amigos. Pero, ¿qué podría hacer en Bolivia? Busqué trabajo y no hay. Debo quedarme aquí, en Argentina, a pesar de la difícil situación por la que pasamos”. El testimonio es de Jhonny Rossel, un orureño que permanece fuera de su tierra desde hace cerca de 15 años.
Ni la crisis más profunda en Argentina, la más fuerte desde 2001, le hizo pensar a Jhonny en iniciar la operación retorno. Considera que Bolivia no está preparada para darle oportunidad de trabajo, estabilidad ni seguridad.
Aunque el Gobierno del presidente Evo Morales proyecta un decrecimiento de la desocupación, que llega al 4.8 por ciento , según su informe a la nación ante la Asamblea Legislativa Plurinacional a principios de año, el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA) señaló que la tasa de desempleo en el país, para esta gestión, continúa en el 8 por ciento , debido a los problemas en algunos sectores de la economía.
Bruno Rojas, del CEDLA, explicó que, de acuerdo a una encuesta de realidad en el eje troncal del país, resultó que el 65 por ciento de empleo generado pertenece al sector informal y el 35 por ciento al empleo formal, de ello, el Estado genera 9.6 por ciento y el privado el 22 por ciento .
Para el economista Boris Gómez Santos Uzqueda, los indicadores económicos no reflejan el crecimiento de la economía de la que habla el Gobierno, y los datos del presidente Morales “no convencen” a los migrantes bolivianos que permanecen en cinco países, de donde provienen en mayor proporción las remesas: España, Estados Unidos, Argentina, Chile y Brasil.
Francisco Renato, un boliviano que trabaja en Santiago de Chile, asegura que la nostalgia es muy fuerte en los migrantes. “Los primeros meses de permanecer aquí añoran volver a Bolivia, pero cuando empiezan a ganar dinero, y ver que la calidad de vida es mejor, se habitúan, se quedan y solo ven a Bolivia como lugar de visita”.
La vivencia de Saúl Góngora en Estados Unidos es similar: “No regreso a Bolivia porque me acostumbré aquí. En Bolivia no hay trabajo que permita tener una buena calidad de vida. Toda persona aspira a un buen trabajo, una vivienda, carro, comida, educación para sus hijos y salud”.
Lourdes González cuenta que ganó dinero en Estados Unidos, quiso invertir en Cochabamba, “pero la Alcaldía y la Prefectura (ahora Gobernación) me pusieron piedras en el trámite de un negocio. Ahora prefiero invertir en Nebraska”.
Consultados los migrantes bolivianos, expresan su decisión de mantenerse fuera de Bolivia, a pesar de las dificultades que puede representar permanecer lejos de casa.
El analista Boris Santos Gómez toma datos de la Dirección Nacional de Migración, que señala que “en 2017 regresaron a Bolivia 238.994 ciudadanos, mientras que salieron a otros países 965.525 ciudadanos, estimándose que la emigración del país superó los 700.000 bolivianos”.
Santos Gómez, quien es analista en energía e hidrocarburos, relaciona los hidrocarburos con la migración.
“Yo diría que hay demasiada relación, dado que Bolivia tuvo una excelente época de bonanza que fue desaprovechada para construir infraestructura para brindar la mejor educación, salud, plataformas digitales de primer nivel y generación de empleo en el sector privado, utilizando buenos ingresos de venta de gas, pero infortunadamente se despilfarró mucho dinero en canchas sintéticas y en satélites que no impactaron de forma directa al crecimiento, desarrollo y prosperidad. Es por ello que el ciudadano prefiere quedarse fuera porque encuentra las condiciones mínimas para progresar”.
En el exterior halla a países “políticamente estables”, caso Chile, Argentina, Brasil, Estados Unidos y Europa; la economía no es vulnerable a los cambios de precios de las materias primas exportadas (Bolivia vive, en un mayor porcentaje, de vender gas). “El migrante halla, donde está, un país seguro, con oportunidad de crecer en tecnología, acceso barato a telecomunicaciones, con mejores posibilidades de medicina y salud pública. También, países en donde se puede envejecer en paz, sin la presión tributaria, corrupción y alta burocracia que hay en Bolivia”.
Evo Morales dijo: “A pesar de la arremetida económica, de las políticas externas, demostramos que nuestra querida Bolivia sigue adelante (...) tenemos datos importantes de organismos internacionales donde demostramos el crecimiento de nuestra nación, de la unión del pueblo boliviano”, en su evaluación de 12 años de Gobierno.
El Jefe del Estado mostró gráficas con datos del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), a través de las que explicó que Bolivia es el “primero en crecimiento económico en toda Sudamérica”.
El Mandatario destacó el apoyo para la inversión pública, al tiempo que demostró que el Gobierno central apoyó a gobernaciones, municipios y universidades en la ejecución de sus proyectos.
Informó que su Gobierno invirtió y se aseguró de que el Estado Plurinacional “garantice el alimento del pueblo, la distribución de agua y que los problemas que se le presenten a los bolivianos, nosotros como Estado, vamos a resolverlo”.
El economista Carlos Dellien explica que su experiencia es muy cercana a la realidad de Europa, es decir España y Estados Unidos.
Considera que los bolivianos llegan a estos países “a trabajar prácticamente en lo que sea, porque son parte de un grupo de sudamericanos con grandes cualidades para ajustarse y amoldarse a la situación”.
Cree que los bolivianos resisten y tienen paciencia para surgir muy lentamente. “Entramos a los trabajos que otros ciudadanos del país local no desean, no quieren o no están dispuestos a realizar”.
En España, gran parte de los bolivianos está dedicada a cuidados en centros geriátricos, a prepararse en alguna profesión técnica que les permita realizar algún trabajo, comercio pequeño. “Trabajan como meseros, pero al final con el tiempo van surgiendo”.
Dellien también advierte que, de un tiempo a esta parte, en España los españoles ya hacen trabajos que antes estaban destinados a los bolivianos. Por tanto, muchas empresas constructoras cerraron para los connacionales y quedaron sin fuente laboral. Señala que las únicas ciudades que están creciendo y saliendo de la crisis paulatinamente son Madrid, Barcelona, Puerto de Madrid y Valencia, luego todas las demás ciudades están “estancadas”.
Asegura que hoy los salarios son bastante bajos a lo normalmente acostumbrados. Antes, el promedio de un profesional bien pagado estaba entre 1.200 y 1.500 euros, pero ahora los bolivianos ganan por debajo de eso. “Reciben entre 500 y 700 euros y se vuelve complicado ya vivir con eso”.
¿Y entonces, por qué no pensar en regresar si no les está yendo bien?
Dellien asegura que Bolivia no tiene una proyección de crecimiento adecuado, “no atrae a los bolivianos y menos a extranjeros”.
“En este momento, la economía del país ha sufrido un desaceleramiento y no tiene proyección de despegue. Por el contrario, tiende a empeorar. Las medidas que toma el Gobierno muestran eso precisamente. El déficit fiscal está en crecimiento” .
Compara con otros países sudamericanos y europeos, los que, ante una situación complicada “diseñaron una estrategia”.
“La gente entra en inseguridades y, entre la inseguridad y el motivo por el cual se fueron -la falta de trabajo-, prefieren no volver y aguantar la situación de los países lejanos”.
Aconseja al Gobierno invertir en la creación de fuentes de empleo. “Pero, la verdad, no creo que el Estado boliviano tenga suficientes recursos para hacer inversiones que generen mayor cantidad de trabajo, por lo tanto lo que tienen que hacer es facilitar precisamente la inversión privada, y creo que las medidas que está tomando el Gobierno desincentiven la inversión privada con medidas que atentan”.
Ejemplifica la otorgación del doble aguinaldo que, “lejos de ayudar, ha complicado a las pequeñas empresas, las que o están despidiendo a los trabajadores o están cerrando. Entonces, en vez de aumentar la cantidad de fuentes de trabajo está disminuyendo”.
A DONDE MÁS VIAJAN
Los países de mayor preferencia para viajar, según intención expresada en oficinas de Migración de Cochabamba, son Chile, Estados Unidos, España, Brasil y Argentina.
En los últimos cinco años, 36.325 personas partieron desde Cochabamba hasta Chile. Sin embargo, se advierte que la cantidad de viajeros disminuyó de 9.063 en 2013 a 6.867 en 2017.
A donde la cifra va en aumento es a Estados Unidos. En 2013, 4.144 personas partieron, en tanto que en 2017, el número llegó a 6.269. En cinco años, se fueron 30.924.
A pesar de que Chile es el destino preferido, es de España de donde llegan más las remesas al país. Según reporte del Banco Central de Bolivia, a marzo de 2018, las remesas llegaron a 324.6 millones de dólares, de los que 112.3 provienen de España.
De los cinco países mencionados, Brasil es el que menos remesas envía a Bolivia, con 33.1 millones de dólares.
BRASIL
Carolina Villafuerte vive en Brasil. Se queja porque la corrupción en el Gobierno ha llevado al mal uso de los recursos de una de las potencias económicas más fuertes de América Latina.
A pesar de ello, los trabajadores permanecen estables.
Advierte, sin embargo que los bolivianos se mantienen en la ilegalidad y eso les representa maltratos y hasta explotación laboral.
“Donde vas, encuentras a bolivianos. La mayoría es ilegal. Se dedica a la costura. Las más de las veces trabajan para los propios bolivianos, quienes les pagan muy poco, prácticamente una miseria, y es el dueño el más beneficiado”.
“Las horas de trabajo llegan a 17 y 18. Empiezan a las 7 de la mañana y terminan a medianoche. Luego, los dueños de las manufacturas vuelven a Bolivia por más trabajadores. Los convencen con engaños y, cuando están en Brasil les cobran hasta del pasaje”, refleja.
Agrega que, no sabiendo portugués, los bolivianos no salen ni a la calle porque la Policía Federal les pide documentos. “Por tanto se esclavizan. Es difícil ver su situación”.
Señala que el trámite de la legalidad no es difícil, pero sí “un poco caro”. Tiene validez por cierto tiempo y, cada vez que se renueva, se debe pagar de nuevo hasta 300 dólares. Pero el documento más caro y difícil es el certificado de trabajo, que es enviado desde Bolivia y llega con los antecedentes del Consulado de Bolivia.
Según el sociólogo Alfonso Hinojosa, en una declaración a El Diario, la migración boliviana a Brasil es una de las más antiguas y significativas en cuanto a países limítrofes se refiere y, a diferencia de otros lugares de recepción como Argentina, en Brasil el 90 por ciento de la población migrante se concentra en Sao Paulo.
Además, gran parte de ellos trabajan en talleres del sector textil, donde existe una explotación laboral fuerte. No obstante, Hinojosa subraya que debe verse la dinámica y la cadena productiva en su conjunto.
La migración de Bolivia a Brasil sigue siendo eminentemente masculina, pero van en aumento las mujeres jóvenes, especialmente del altiplano (La Paz, Oruro), que se desplazan hasta el país vecino buscando mejores condiciones de vida.
Carolina Villafuerte asegura que la crisis en ese país está afectando a los migrantes bolivianos. Además, los venezolanos están ingresando por la frontera igual que los nigerianos y los compatriotas nacionales.
2017
Migración
La migración de bolivianos ha continuado en la gestión pasada. Chile sigue siendo el país que más recibe a bolivianos, aunque desde 2013 bajó en número. Las remesas continúan llegando en mayor cantidad desde España.
Solo de vacaciones
“Me gustaría volver a Bolivia solo para pasar vacaciones, porque aquí donde estoy tengo mejores oportunidades de superarme y ser alguien mejor. Santiago de Chile oferta estudio exigente”.
Sasha Farel
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