Los primeros 30 días son cruciales para incorporarse acertadamente a tu trabajo; socializar, entender el código de la organización y las expectativas del jefe, son tareas clave.
Desde el inicio es importante conocer dónde están los límites al tomar decisiones, en especial si otros compañeros cumplen actividades similares. (Foto: Thinkstock)
CIUDAD DE MÉXICO (CNNExpansión) — Los primeros días en un trabajo son sinónimo de desorientación. No se sabe qué esperan del empleado, a quién acudir para resolver dudas y con qué criterio juzgarán el trabajo los nuevos jefes y compañeros. Los primeros 30 días son cruciales para tener una actuación que permita entrar con "el pie derecho" a la organización.
"Los jefes y colegas son propensos a recordar las acciones que tiene el empleado los primeros días. A esto se le conoce como ‘efecto primario', el interés de la gente por recordar la primera vez de algo. Por ejemplo, el trabajador que no se esfuerza por integrarse en ese periodo empieza a ser etiquetado como hostil o reservado", dice la psicóloga por la UNAM y especialista en temas laborales, Eugenia Franco.
La socialización en esos 30 días juega un papel importante para que el colaborador no se sienta ajeno, al desconocer la cultura organizacional. Las empresas tienen procesos formales e informales para socializar y hay que identificarlos, es la forma cómo se dirigen (lenguaje) los compañeros entre sí, sus creencias y los mitos en ese lugar. Si el profesional entiende esas claves tiene más posibilidades de lograr una rápida inserción, menciona el psicólogo Richard Hackman, autor del libro Improving Life at Work (Mejora la vida en el trabajo).
Muchos empleados al ser contratados quieren cambiar el estilo de hacer las cosas para obtener resultados rápidos y se "saltan" los niveles o la burocracia en la empresa. "Tener iniciativa es bueno, pero obviar los códigos de trabajo ya establecidos los lleva al fracaso", explica Espinoza.
Otro aspecto que debe aclararse desde el inicio, dice la psicóloga, es conocer dónde están los límites al tomar decisiones, en especial si otros compañeros cumplen actividades similares. Si el empleado asume tareas que les corresponde a otros, pueden generarse conflictos a corto plazo.
La consultora Kelly Services señala en el documento Los primeros 90 días, que es importante fijarse en aspectos que marcan la convivencia dentro de la organización, como ¿qué tan flexible es la compañía cuando se trata de horarios de comida, tiempo libre y acuerdos de trabajo? A su vez, hay que entender que el equipo al cual se une la persona ya estaba formado, con sus aspectos positivos y negativos. Por ello, es necesario entrenarse en saber ¿quién podría representar un problema para desempeñar el trabajo? y ¿cómo evitar las dificultades con esa persona?
Eugenia Espinoza puntualiza que en ese proceso de reconocimiento el jefe ocupa un lugar primordial. Ese primer mes hay que distinguir ¿cómo le gusta recibir la información?, ¿qué tipo de comunicación prefiere (e-mail, reuniones, a puerta abierta)?, ¿cómo se dirige con sus colaboradores? y ¿qué conductas le desagradan?
Miquel Bonet, autor del libro Búscate la Vida, explica que para desarrollar la empatía en el nuevo lugar de trabajo hay que entender las prioridades del jefe, ¿qué espera él o ella del desempeño del nuevo empleado?, ¿qué logros y errores tuvo la persona a la cual se reemplaza?, y ¿qué está pasando en la organización que tenga relación con el puesto?
Si estás recién ‘estrenado (a)' en un organización, éstas son otras tareas que debes incorporar a tu lista de actividades:
1. Construye tus competencias. Los especialistas en recursos humanos se refieren al concepto portafolio career (portafolio de carrera). Se trata del conjunto de habilidades que la empresa demanda del profesional, con el objetivo de "disminuir el riesgo de su inversión", es decir, el haberte contratado, explican Andrés Hatum y Rodolfo Rivarola en el libro Carrera Profesional.
Es fundamental armar un portafolio de capacidades para cumplir con éxito las tareas asignadas. Algunas habilidades pueden ser ‘maduras', por ejemplo, destreza para redactar buenos reportes o tener experiencia en ciertas áreas. Haz una lista de tus mejores capacidades y haz que cada una se dirija a una actividad que represente valor para la organización.
"Las empresas están muy atentas a las habilidades que cubren áreas críticas", como sacar a la compañía de una mala situación financiera y elevar sus ventas, ejemplifica Espinoza.
2. Crea tus redes. Tal vez el primer mes sea muy rápido para comenzar a visualizar quiénes serán tus 'apoyos' dentro de ese grupo. Sin embargo, tras pasar el período de la integración hay que invertir tiempo en identificar quién puede ser tu mentor, la persona que indique errores y aciertos en las tareas realizadas y facilite tu crecimiento
Los mentores pueden estar dentro o fuera de la empresa y son muy útiles para ayudar a la persona cuando se encuentra ante un desafío de transición en su carrera, y para que comprenda los alcances de los cambios que vaya teniendo, mencionan Hatum y Rivarola.
La tasa de desempleo en México en 2011 cerró en 4.51%, alrededor de 2.2 millones de personas, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). La competencia por conseguir un lugar es agresiva, así que una vez conseguido el puesto hay que aprovechar para integrarse acertadamente a las funciones y a la cultura laboral del lugar.
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